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jueves, mayo 10, 2007

ESTILISTICA Y RETORICA

Estilística
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Componentes de estudio de la lingüística

* Gramática

* sintaxis
* morfología
* semántica

* fonología
* fonética
* lexicología

Estudios interdisciplinarios de la lingüística

La Estilística es un campo de la lingüística. Estudia las obras literarias y el uso general del lenguaje. Analiza todos los elementos de una obra o del lenguaje hablado, el efecto que el escritor o hablante desea comunicar al lector o receptor del discurso hablado y los términos, giros o estructuras complejas que los hacen más o menos eficaces. Intenta establecer principios capaces de explicar los motivos que llevan a un individuo o a un grupo social a seleccionar expresiones particulares en su uso del lenguaje, la socialización de esos usos y la producción y recepción de significados. Comprende la crítica literaria y el análisis del discurso crítico.

Un género literario puede observarse como un grupo de características que marcan el estilo y lo diferencian. Por ejemplo, prosa y poesía. Otros aspectos considerados por la estilística son el diálogo, la descripción de escenas, el uso de voz pasiva o voz activa, la distribución y extensión de las oraciones, la utilización de registros dialectales, las figuras de dicción y las figuras de pensamiento, los tropos, metáforas e imágenes.

En "Introducción metodológica a una estilística integral", "La estilística se funda en el hecho de que pese a todo lo convencional que sea el lenguaje humano como instrumento de comunicación, pese a la necesaria atadura que lo fija a la gramática, a través de aspectos morfológicos y sintácticos, a la codificación retórica, no hay palabras ni giros que usados por individuos distintos sean exactamente iguales, alcancen idénticos contenidos sea conceptual, emotivo o estético".


Véase también:

* Listado de figuras retóricas.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Estil%C3%ADstica"

Categoría: Análisis del discurso

Retórica
De Wikipedia, la enciclopedia libre

La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencias políticas, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, en palabras de los tratadistas clásicos, como el ars bene dicendi, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario (etimológicamente, la palabra es un helenismo que proviene del griego ??t????? [t????], rhetorikè (téchne)).

La retórica se configura como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un texto. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos.
Tabla de contenidos
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* 1 Definición
o 1.1 La composición del discurso
+ 1.1.1 Inventio (o invenio)
+ 1.1.2 Dispositio
# 1.1.2.1 La estructura del discurso
# 1.1.2.2 Los argumentos
+ 1.1.3 Elocutio
# 1.1.3.1 La compositio
+ 1.1.4 Memoria
+ 1.1.5 Actio
o 1.2 Los géneros oratorios
* 2 Historia de la retórica
o 2.1 Orígenes
* 3 Véase también
* 4 Bibliografía
* 5 Enlaces externos

[editar] Definición

La retórica es a la vez la ciencia (en el sentido de estudio estructurado) y el arte (en el sentido de práctica que reposa sobre un saber demostrado) que se refiere a la acción del discurso sobre los espíritus.

En principio, la retórica se ocupó de la lengua hablada, pero su saber trascendió al discurso escrito e influyó poderosamente en la literatura cuando la palabra hablada entró en decadencia con el régimen imperial en Roma, si bien el discurso escrito es una transcripción limitada o imitación estrecha del discurso oral. En la actualidad, la retórica ha vivido un gran resurgir y sus enseñanzas se utilizan en publicidad privada y política, así como en la defensa de puntos de vista durante los juicios civiles.

La retórica ocupó un lugar importante en el sistema educativo antiguo y medieval, y hasta el romanticismo su significación fue crucial dentro de las disciplinas humanísticas.

Son tres procesos complementarios los que conformaban el aprendizaje de la retórica: el estudio de los preceptos, la imitación de modelos y la práctica personal.

[editar] La composición del discurso

La elaboración del discurso verbal y su exposición ante un auditorio son aspectos que exigen la atención a cinco dimensiones que se complementan entre sí:

* en tanto que estructura lingüística, el discurso está conformado por la inventio, la elocutio y la dispositio;
* en tanto actividad oral, el discurso está configurado por la memoria y la actio.

[editar] Inventio (o invenio)

La finalidad de esta fase es establecer los contenidos del discurso. El sustantivo inventio (del latín invenire) significa "hallazgo", pues de lo que se trata es de que el orador seleccione, halle, en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata, mentalmente hablando, de invenire ("hallar") en la memoria, llena de topoi o loci ("tópicos" o "lugares" comunes) las ideas susceptibles de ser utilizadas en el discurso.

La tipología del tópico retórico incluye los siguientes: persona, cosa, lugar, instrumento, causa, modo, tiempo, comparación y argumentación, a los que habría que añadir el tópico literario, para el caso de obras literarias.

[editar] Dispositio

La finalidad de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.

* En cuanto a las partes, los discursos pueden presentar una estructura bipartita (en la que las dos partes mantienen una tensión recíproca dentro del conjunto) o tripartita (en la que se supone un desarrollo lineal con principio, medio y fin).

La estructuración tripartita, la más frecuente, consta de un exordium o parte inicial que tiene por objeto captar la atención (el interés o favor) del oyente (captatio benevolentiae) e indicar a este la estructuración del discurso; una parte media con narratio (exposición del asunto y tesis del orador al respecto) y argumentatio (con las razones que sustentan dicha tesis); y, finalmente, una peroratio o recapitulación de lo dicho con apelaciones al auditorio.

[editar] La estructura del discurso

El exordio busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo.

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente (partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos que sí nos convienen

La argumentación es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia del lector a abandonar al principio recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.

La peroración es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión (conquestio o conmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos patéticos; incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad, mala suerte, desgracias… Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable.

Los argumentos

Existen tres tipos de argumentos que pueden ser empleados en un discurso: los relativos al ethos, al pathos y al logos.

* Argumentos ligados al ethos: son de orden afectivo y moral y atañen al emisor del discurso; son, en suma, las actitudes que debe tomar el orador para inspirar confianza a su auditorio. Así, debe mostrarse:
o Sensible y confiable: esto es, capaz de dar consejos razonables y pertinentes.
o Sincero: no debe disimular lo que piensa o lo que sabe.
o Simpático: debe mostrar que está preparado a ayudar a su auditorio.

* Argumentos ligados al pathos: de orden puramente afectivo y ligados fundamentalmente al receptor del discurso, estos argumentos están destinados a hacer nacer en el auditorio las emociones, pasiones y sentimientos, y tras ser adaptados a la psicología del público concernido. Estos argumentos deben suscitar la cólera, la amistad, el odio, el temor, la seguridad, la indigación, la piedad...

* Argumentos ligados al logos: argumentos ceñidos al tema y mensaje mismo del discurso; se entra aquí en el dominio propiamente de la Dialéctica y se utilizan sobre todo los deductivos y los analógicos.


* El orden de las partes puede ser naturalis o artificialis. El ordo naturalis es el que respeta la propia naturaleza del discurso sin alteraciones intencionadas o el que sigue la tradición; el ordo artificialis, por el contrario, altera el orden habitual de las partes (por ejemplo, empezar una historia no por el principio sino en un momento ya avanzado de la misma, esto es, in medias res).

[editar] Elocutio

La elocutio afecta al modo de expresar verbalmente de manera adecuada los materiales de la inventio ordenados por la dispositio. En la actualidad, la elocutio es lo que se denomina estilo.

La elocutio se manifiesta a través de dos aspectos: las cualidades y los registros.

* Las cualidades elocutivas son tres: puritas, perspicuitas y ornatus.

La puritas es la corrección gramatical en la expresión lingüística, que busca, sobre todo, evitar el barbarismo o palabra incorrecta y el solecismo o construcción sintáctiva errónea.
La perspicuitas es el grado de comprensibilidad del discurso, que se opone a la obscuritas.
El ornatus tiene por objeto embellecer el discurso con el uso de las distintas figuras literarias. Se trata del principal constituyente del ornatus pues en torno a él giran todos los elementos de la configuración estilística. Consta de dos formantes básicos: la elección de palabras (véase: tropos y figuras) y su combinación (compositio).

* Los registros de la elocución (genera elocutionis) son modalidades estilísticas que dependen de la combinación de las cualidades elocutivas. Se pueden identificar varios pero tradicionalmente se habla de tres modelos básicos:

El genus humile o estilo llano tiene por objeto la enseñanza; se caracteriza por la puritas y la perspicuitas, y un ornatus poco desarrollado.
El genus medium o estilo medio pretende deleitar; se caracteriza por una mayor presencia del ornatus que en el anterior.
El genus sublime o estilo elevado busca conmover y las cualidades elocutivas están presentes en grado máximo.

[editar] La compositio

La compositio analiza la estructura sintáctica y fónica de los enunciados, esto es, sus constituyentes y sus distintas posibilidades de distribución en el discurso. Así, se distinguen la compositio sintáctica (centrada en la oración y sus partes) y la compositio fonética (centrada en la combinación de palabras en la oración).

[editar] Memoria

La memorización del discurso elaborado depende de dos tipos de memoria según los tratadistas clásicos: la memoria naturalis (la innata) y la memoria artificiosa, que implica una serie de procedimientos mnemotécnicos para facilitar el recuerdo.

[editar] Actio

También llamada pronuntiatio, se ocupa de la declamación del discurso, prestando atención a la modulación de la voz y de los gestos, que debe estar en consonancia con el contenido del mismo.

[editar] Los géneros oratorios

Existen tres géneros de discursos: el genus iudiciale (género judicial), el genus deliberativum (género deliberativo o forense) y el genus demonstrativum (género demostrativo o epidíctico).

* El genus iudiciale es el que corresponde a las exposiciones realizadas ante un juez con el objetivo de acusar o defender, respecto de un asunto del pasado, una causa planteada en término de justicia frente a injusticia.

* El genus deliberativum es el que corresponde a los discursos pronunciados ante una asamblea; el orador pretende aconsejar o disuadir en términos de utilidad frente a perdudicial sobre un hecho futuro.

* El genus demonstrativum se centra en individuos particulares a los que se trata de alabar o denostar ante un público; se ocupa de hechos pasados y se dirige a un público que no tiene capacidad para influir sobre los hechos, sino tan solo de asentir o disentir sobre la manera de presentarlos que tiene el orador, alabándolos o vituperándolos. Está centrado en lo bello y en su contrario, lo feo. Sus polos son, pues, el encomio y el denuesto o vituperio.

En la Edad media se añadieron a los anteriores las llamadas artes: ars praedicandi (sobre la técnica de elaborar sermones), ars dictandi (o ars dictaminis, sobre el arte de escribir cartas) y las ars poetriae (preceptos gramaticales, métricos y retóricos para escribir poesía).

[editar] Historia de la retórica

[editar] Orígenes

Nació como disciplina aprendible hacia el año 485 a. C. en la Grecia antigua, cuando dos tiranos sicilianos, Gelón y su sucesor Gerón I, expropiaron numerosas tierras a ciudadanos de Siracusa en favor de los mercenarios que formaban su ejército personal. Los perjudicados se sublevaron democráticamente y quisieron volver al statu quo anterior, lo que les abocó a innumerables procesos legales para probar que eran propietarios de los terrenos arrebatados. Ello creó la necesidad de personas que supiesen hablar bien ante la asamblea de jueces para poder defender los derechos de los antiguos propietarios de esas tierras.

Los primeros maestros que se dedicaron a esta disciplina fueron de allí, Córax de Siracusa, primero en escribir un tratado sobre el tema, y su discípulo Tisias, que lo divulgó.

Esa elocuencia vino a transformarse rápidamente en objeto de enseñanza y se transmitió al Ática por comerciantes que comunicaban Siracusa y Atenas.

La retórica demostró pronto su utilidad como instrumento político en el régimen democrático, siglo V a. C., divulgada por profesores conocidos como sofistas, entre los cuales los más conocidos fueron Protágoras de Abdera y Gorgias, a los cuales se oponía Platón, quien distinguía dos tipos de retóricas:

* La retórica sofística, éticamente despreciable, está constituida por la logografía, que consiste en escribir no importa qué discurso y tiene por fin la verosimilitud y la ilusión; el objetivo de esta retórica es convencer, y no tiene otro; para ello puede usar todo tipo de argumentos, sean ciertos o no. Para este tipo de retórica, es preferibe una mentira convincente a una verdad increíble y el fin justifica los medios. Como Solón estableció que cada persona debía defenderse en persona ante un tribunal, llegaron a crearse los llamados logógrafos, unos artesanos que se dedicaban a confeccionar discursos para quienes no sabían hacerlos a cambio de estipendio: autores como Antifonte, Lisias, que destacó por su naturalidad y aticismo, Iseo, famoso por su habilidad en la argumentación, y el más famoso de todos ellos, Isócrates, fueron logógrafos. Éstos poseían también una preocupación estilística y procuraban que el estilo del discurso se ajustara a la personalidad y condición social de quien debía memorizarlo y pronunciarlo.

* La retórica verdadera, en cambio, es llamada por él psiquegogía o formación de las almas por medio de la palabra, y su objetivo no es convencer, sino hallar la verdad.

Tanto para Platón como para su maestro Sócrates, la esencia de la filosofía reposaba en la dialéctica: la razón y la discusión conducen poco a poco al descubrimiento de importantes verdades. Platón pensaba que los sofistas no se interesaban por la verdad, sino solamente por la manera de convencer, así que rechazó la palabra escrita y buscó la interlocución personal, y el método fundamental del discurso pedagógico que adoptó fue el del diálogo entre maestro y alumno.

Pero el gran maestro de la retórica griega fue Isócrates Pensaba que la retórica era un plan de formación integral de la persona que servía para crear ciudadanos modélicos; con su sistema de enseñanza, precursor del Humanismo, pretendía la regeneración ética y política de la sociedad ateniense.

Aristóteles, por otra parte, sistematizó la mayor parte de estos conocimientos sobre el arte de hablar y argumentar en una obra que consagró al efecto, su Retórica.

Ya en Roma, la retórica se perfeccionó sumamente por medio de las investigaciones y esfuerzos que consagraron a su estudio hombres de letras como Cicerón, que dedicó al tema una parte sustancial de su obra e hizo de la retórica el eje de sus preocupaciones, el anónimo autor de la Retórica a Herennio o Marco Fabio Quintiliano, cuyos doce libros de Instituciones oratorias suponen la culminación de los estudios sobre la materia en el mundo romano.

Durante la Edad Media, de los tres géneros oratorios, el judicial, el deliberativo y el epidíctico, entraron en decadencia el género deliberativo y el epidícito, es decir, la oratoria política y la artística, ya que la militarización del imperio hacía inútil los conocimientos de la oratoria; sin embargo sus conocimientos fueron transvasados a la litetura en general, que se retorizó notablemente perdiendo bastante de su inspiración originaria y su frescura. Así lo vino a concluir el gran estudioso de la literatura medieval Ernst Robert Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, traducido al castellano en 1955.

La retórica contemporánea ha prescindido del discurso oral y, por tanto, de entre las cinco fases de elaboración del discurso (invención, disposición, elocución, memoria y acción) de las dos últimas de índole práctica, la memoria y la acción. Se considera actualmente que es útil para actores, abogados, psicólogos, políticos, publicitarios, escritores, vendedores y, en general, quienes quieren persuadir o convencer de algo.

Sin embargo, la Retórica ha vivido un gran renacimiento en la segunda mitad del siglo XX como disciplina científica con el surgir de varias corrientes de pensamiento que han redescubierto su valor para distintas disciplinas; comenzó Heinrich Lausberg realizando una gran labor de clasificación de la disciplina con sus Elemente der literarischen Rhetorik, traducido como Elementos de retórica literaria en 1966; y su impagable Manual de retórica literaria, publicado en español en 1975 en tres volúmenes; Chaïm Perelman y Lucie Ollbrechts-Tyteca publicaron en 1958 un fundamental Tratado de la argumentación, traducido al castellano en 1994; la disciplina creada a raíz de este libro se denomina desde entonces Retórica de la argumentación o, a veces, Neorretórica; por otra parte, y al lado de esta llamada retórica de la argumentación, ha surgido una nueva neorretórica, la retórica contemporanea de las figuras, ilustrada por Roman Jakobson, el Grupo µ (o Grupo de Lieja), Lakoff y Johnson, etc. que permitió a la lingüística y a la semiótica desarrollarse en una orientación social y congitivista.

La invención, sola o conjuntamente con la disposición, es a menudo llamada argumentación; la elocución se subdivide, como habían determinado ya los teóricos de la Antigüedad, en un gran número de puntos de vista sobre el discurso a hacer (arte de la retórica) o sobre el discurso ya hecho (retórica como ciencia): sobre el vocabulario (registros de la lengua), sobre los ritmos y las sonoridades, sobre la forma y la estructura de las frases (sintaxis, parataxis, hipotaxis, tipo de progresión remática, periodo, estilo comático, etc.


[editar] Véase también

La retórica en España

[editar] Bibliografía

* Azaustre Galiana, Antonio y Juan Casas Rigall, Introducción al análisis retórico: tropos, figuras y sintaxis del estilo. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela-Lalia, 1994.
* Hernández Guerrero, José Antonio y María del Carmen García Tejera, Historia breve de la Retórica. Madrid: Síntesis, 1994.















Figuras literarias


En retórica, se denomina figuras a ciertas formas de utilizar las palabras, en el sentido de que aunque son empleadas con sus acepciones habituales (aspecto que las diferencia de los tropos), son acompañadas de ciertas particularidades fónicas, gramaticales o semánticas, que las alejan de un uso normal de las mismas, por lo que terminan por resultar especialmente expresivas. Debido a esto, su uso es característico de las obras literarias.

De forma coloquial, reciben también el nombre de recursos literarios, recursos estilísticos, recursos retóricos, figuras retóricas, etc.

Las figuras, junto con los tropos, constituyen uno de los formantes básicos del ornatus retórico, el constituyente principal de la elocutio.

Las figuras literarias se dividen en dos grandes grupos: las figuras de dicción y las figuras de pensamiento.
Tabla de contenidos
[ocultar]

* 1 Figuras de dicción
o 1.1 Figuras de metaplasmo
o 1.2 Figuras de repetición
o 1.3 Figuras de omisión
o 1.4 Figuras de posición
* 2 Figuras de pensamiento
o 2.1 Figuras de amplificación
o 2.2 Figuras de acumulación
o 2.3 Figuras lógicas
o 2.4 Figuras de definición
o 2.5 Figuras oblicuas
o 2.6 Figuras de diálogo o figuras patéticas
o 2.7 Figuras dialécticas
o 2.8 Figuras de ficción
* 3 Catálogo alfabético de figuras literarias
* 4 Enlaces externos

[editar] Figuras de dicción

Las figuras de dicción afectan primordialmente a la forma de las palabras, aunque en ocasiones inciden también sobre el significado. Se distinguen cuatro categorías: figuras de metaplasmo, figuras de repetición, figuras de omisión y figuras de posición.




Figuras de metaplasmo

Las figuras de metaplasmo consisten en la utilización de formas léxicas que serían, en teoría, incorrectas en la lengua ordinaria. Las más conocidas de estas figuras son las licencias métricas.

Las figuras de metaplasmo son las siguientes: prótesis, epéntesis, parágoge, aféresis, síncopa, apócope, diástole, sístole, diéresis, sinéresis, sinalefa, ecthlipsis y metátesis.

* En una segunda acepción, se denomina metaplasmo al cambio de género; así, hay metaplasmo, por ejemplo, en centinela, o puente, que son femeninos en la lengua antigua y masculinos hoy; más concretamente, se suele denominar también con la palabra metaplasmo al distinto género de una palabra en singular y en plural (latín locus, masculino; loca, neutro).

Figuras de repetición

Las figuras de repetición consisten en el uso de elementos lingüísticos (fonemas, sílabas, morfemas, frases, oraciones...) que ya habían sido usados en el mismo texto. La repetición no tiene por qué ser necesariamente exacta, por lo que en muchas ocasiones se dan casos de semejanza.

Las figuras de repetición son las siguientes: aliteración, onomatopeya, homeotéleuton, anáfora, epífora, complexio, geminación, anadiplosis, gradación, epanadiplosis, polisíndeton, annominatio (paronomasia, derivatio, figura etimológica, diáfora, políptoton), traductio, equívoco / antanaclasis, paralelismo (Retórica) (isocolon, parison, correlación), quiasmo y commutatio / retruécano.

Figuras de omisión

Las figuras de omisión consisten en la supresión de un elemento lingüístico necesario, en teoría, para la construcción del texto. Su uso tiende a aligerar la expresión.

Las figuras de omisión son las siguientes: asíndeton, elipsis, zeugma, silepsis y reticencia / aposiopesis.

Figuras de posición

Las figuras de posición son aquellos procedimientos que se basan en la alteración del orden normal de las partes de la oración.

Las figuras de posición son las siguientes: hipérbaton, anástrofe, tmesis y synchysis / mixtura verborum.




Figuras de pensamiento

Las figuras de pensamiento afectan principalmente al significado de las palabras. Se distinguen las siguientes categorías: figuras de amplificación, figuras de acumulación, figuras lógicas, figuras de definición, figuras oblicuas, figuras de diálogo, figuras dialécticas (o de argumentación) y figuras de ficción.

[Figuras de amplificación

Aunque la, en latín, amplificatio, no es tanto un desarrollo más por extenso de una idea sino más bien su realce (por un uso especial de la entonación, por ejemplo), en la práctica las figuras de amplificación incluyen técnicas de alargamiento de los contenidos de un texto.

Las figuras de amplificación son las siguientes: expolitio, interpretatio, paráfrasis, isodinamia, digresión y epifonema.

[editar] Figuras de acumulación

Las figuras de acumulación son procedimientos que buscan la adición de elementos complementarios a las ideas expuestas.

Las figuras de acumulación son las siguientes: enumeración, distributio, epífrasis y epíteto.

[editar] Figuras lógicas

Las figuras lógicas son procedimientos que tienen que ver con las relaciones lógicas entre las ideas dentro de un texto; de forma especial, se considera la relación de contradicción o antinomia, por lo que la figura lógica por antonomasia es la antítesis. Como variantes de esta, se encuentran la cohabitación, la paradoja y el oxímoron.

[editar] Figuras de definición

Las figuras de definición (y descripción) se utilizan para reflejar lingüísticamente la esencia o apariencia de los temas tratados (personas, objetos, conceptos...).

Las figuras de definición y descripción son las siguientes: definitio, prosopografía, etopeya, pragmatografía, topografía, cronografía y evidentia / demonstratio.

[editar] Figuras oblicuas

Las figuras oblicuas designan de forma indirecta una realidad utilizando las palabras en sentido apropiado. Constituyen la frontera con los tropos.

Las figuras oblicuas son las siguientes: perífrasis / circunloquio, lítotes y preterición.

[editar] Figuras de diálogo o figuras patéticas

Las figuras de diálogo son las propias del estilo directo, pues subrayan el carácter comunicativo del discurso. Se denominan también figuras patéticas pues pretenden incidir afectivamente en el destinatario.

Las figuras de diálogo son las siguientes: apóstrofe / invocación, exclamación, interrogación retórica, optación y deprecación.

[editar]
Figuras dialécticas

Las figuras dialécticas o de argumentación son las propias de los debates dialécticos (la disputatio, en latín); se trata de técnicas argumentativas.

Las figuras dialécticas son las siguientes: concessio, correctio, dubitatio, communicatio, conciliatio y distinctio / paradiástole; pueden, además, incluirse aquí las llamadas probationes argumentativas, o pruebas expuestas por el orador para defender su argumentación: simile, argumentum y sententia.

[editar]
Figuras de ficción

Las figuras de ficción permiten presentar como reales situaciones imaginarias.

Las figuras de ficción son las siguientes: personificación / prosopopeya, sermocinatio / idolopeya y subiectio / percontatio.

[editar] Catálogo alfabético de figuras literarias

Con el objeto de disponer de una visión de conjunto de las figuras literarias, se ofrece a continuación un listado de las mismas por orden alfabético. Aunque propiamente no sean figuras, se incluyen también en el listado los tropos, pues popularmente se incluyen, junto con aquellas, bajo el marbete genérico de "recursos literarios o estilísticos".

* Aféresis, Alegoría, Aliteración, Anacoluto, Anadiplosis, Anáfora, Anástrofe, Animalización, Annominatio, Antanaclasis, Antífrasis, Antítesis, Antonomasia, Apócope, Aposiopesis, Apóstrofe, Argumentum, Asíndeton, Asonancia, Batología,
* Cacofonía, Calambur, Catacresis, Circunloquio, Cohabitación, Communicatio, Commutatio, Comparación, Complexio, Concatenación, Concessio, Conciliatio, Correctio, Correlación, Cosificación, Cronografía.
* Datismo, Definitio, Demonstratio, Deprecación, Derivación, Derivatio, Diástole, Diéresis, Digresión, Distinctio, Distributio, Dubitatio
* Ecthlipsis, Enálage, Encabalgamiento, Endíadis, Elipsis, Énfasis, Enumeración, Epanadiplosis, Epéntesis, Epífora, Epífrasis, Epíteto, Epifonema, Equívoco, Etopeya, Eufemismo, Evidentia, Exclamación, Expolitio
* Figura etimológica
* Geminación, Gradación
* Hipálage o Epíteto transferido, Hipérbaton, Hipérbole, Hipotiposis, Homeotéleuton
* Idolopeya, Interpretatio, Interrogación retórica, Invocación, Ironía, Isocolon, Isodinamia
* Lítotes
* Metáfora, Metalepsis, Metátesis, Metonimia, Mixtura verborum
* Onomatopeya, Optación, Oxímoron
* Palindromía, Parábola, Paradiástole, Paradoja, Paráfrasis, Parágoge, Paralelismo (Retórica), Parison, Paronomasia, Percontatio, Perífrasis, Personificación, Pleonasmo, Polisíndeton, Políptoton, Pragmatografía, Preterición, Prosopografía, Prosopopeya, Prótesis,
* Quiasmo
* Repetición, Reticencia, Retruécano
* Sarcasmo, Sententia, Sermocinatio, Silepsis, Símil, Simile, Sinalefa, Síncopa, Sinécdoque, Sinéresis, Sinestesia, Sístole, Subiectio, Synchysis, Tautología,
* Tmesis, Topografía, Traductio
* Zeugma

[editar] Enlaces externos

* Retórica en línea
* Figuras retóricas, de construcción y de dicción
* Rethorika, recursos retóricos en la redacción publicitaria


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